1. Derecho a la no discriminación:
Todas las personas, independientemente de su estatus migratorio, tienen derecho a ser tratadas con igualdad y sin discriminación. Esto implica garantizar el acceso a servicios básicos, empleo, vivienda y educación, sin importar su origen o estatus migratorio.
2. Derecho a la vida y la libertad:
Las personas migradas tienen derecho a la vida y a la libertad personal, protegidos por la Declaración Universal de Derechos Humanos. Esto implica protegerlas de la trata de personas, la esclavitud moderna y cualquier forma de explotación.
3. Derecho a la seguridad:
Las personas migradas tienen derecho a vivir en un entorno seguro y protegido. Los Estados deben tomar medidas para prevenir y combatir la violencia, el racismo y la xenofobia dirigida hacia las personas migradas, así como garantizar su protección frente a la delincuencia y la violencia de género.
4. Derecho al debido proceso y acceso a la justicia:
Las personas migradas tienen derecho a un debido proceso legal y a un acceso equitativo a la justicia. Esto implica que deben recibir un trato justo, tener acceso a la asesoría legal y a los mecanismos de reclamación en caso de abusos o violaciones de sus derechos.
5. Derecho a la reunificación familiar:
Las personas migradas tienen derecho a la reunificación con sus familias, reconocido en varios instrumentos internacionales de derechos humanos. Los Estados deben facilitar los trámites y garantizar el respeto a este derecho fundamental.
6. Derecho al desarrollo y participación:
Las personas migradas tienen derecho a participar plenamente en la vida social, económica y política de sus comunidades de acogida. Los Estados deben promover su integración y facilitar su acceso a oportunidades de desarrollo y participación ciudadana.